Naomi es el primer japo de Madrid. Y yo sin conocerlo. ¡¡Qué vergüenza!! (ya os reconocí, en las entradas de Miss Sushi y Tokyo Garden que no soy una experta en este tipo de comida…). Por eso, el otro día, después de nuestra clase de bikram yoga, mi hermana -casi adicta a este restaurante-, decidió poner fin a mi ignorancia. Sus advertencias fueron: «es un sitio enano y hay turnos para comer -puedes reservar a las 9 o a las 11-, pero es una delicia y a precios estupendos para ser un japonés». Sabía de lo que hablaba.
El local es pequeño (consejo: reservad antes, pues suele estar hasta arriba) y su decoración coincide exactamente con la que yo tenía en la cabeza para un «japo de verdad». ¡Incluso tienen unas mesas en las que te sientas en el suelo! Eso sí, mi hermano y doña Herminia me aconsejaron que no las cojamos nunca, pues son lo más incómodo que nos podamos imaginar.
Una vez sentados, te dan la carta, acorde también con lo que esperas de un restaurante clásico japonés (no esperéis grandes innovaciones como las de Kabuki). Sé que en la foto es algo difícil de leer, pero os permite haceros una idea, y la podéis agrandar haciendo click en ella. Nosotras dudamos, pero al final optamos en general por grandes clásicos conocidos. ¡¡Ahh, una advertencia!! Ya sé que los precios de la carta son bajos, pero hay que añadirles el I.V.A. (cómo me repatea esta práctica…). El precio que os pongo debajo de las fotos sí lo incluye, por eso salen precios tan raros.
Mientras nos tomábamos una cervecita japonesa, nos pusieron un aperitivo consistente en un pollo con salsa de algo, que estaba bastante buena.

Cerveza japonesa (3,52€) y aperitivo (0€).
Japanese beer and appetizer.
Japanisches Bier und Vorspeise.
Lo primero que pedimos, por consejo de mi hermana fue unos torikawa (piel de pollo a la plancha). Más que a la plancha, parecía frita. Reconozco que de sabor estaba bueno, pues recordaba a nuestras cortezas de toda la vida. Pero conforme iba menguando el plato, a mí me iba resultando más grasiento y me iba dando más asco pensar en lo que estaba comiendo. Seguro que no era pollo ecológico…¿que cantidad de hormonas nos metimos entre pecho y espalda? ¡Mejor no pensarlo! Ya os digo que sabía bien, pero os recomiendo pedirlo sólo si sois 4 o más comensales.

Torikawa: piel de pollo a la plancha (4,73€).
Torikawa: grilled chicken skin.
Torikawa: gegrilltes Hühnerhaut.
Después vino una auténtica delicia, el hamachidon, un tataki de pez limón con salsa teriyaki y arroz. ¡¡Fantástico!! El pez limón fresco, y hecho en su punto, y el arroz contaba con la cantidad justa de salsa teriyaki. Eso sí, era uno de los platos del día, por lo que no está siempre en la carta. Una pena.

Hamachidon: tataki de pez limón con salsa teriyaki y arroz (12,32€).
Hamachidon: yellowtail tataki with teriyaki sauce and rice.
Hamachidon: Gelbschwanz tataki mit Teriyaki-Sauce und Reis.
Hasta aquí la comida para compartir. Como segundo, Inés pidió una sopa miso y, para después, temakis. De la sopa miso, nada que decir salvo poneros la foto. Los temakis eran de anguila y aguacate, el primero, y de atún y puerro, el segundo. El de anguila fui incapaz de probarlo, pero a mi hermana le encantó. El de atún con puerro era una auténtica delicia, combinación perfecta de sabores envueltos en un alga un punto crujiente.
Yo opté por algo más clásico si cabe: sushi variado. ¡¡Casi me sale la lagrimilla de alegría al recordarlo!! Pescado muy fresco, en filetes generosos, con el arroz hecho en su punto y la cantidad perfecta de wasabi entre el pescado y el arroz. Una maravilla.
No hubo postres.
Como habéis podido ver, regamos esta cena con cervezas japonesas y varias botellas de agua.
El servicio correcto de trato, sin más (¿pero qué más podemos esperar de los japoneses?). Y, eso sí, un poco lento.
El ambiente joven y heterogéneo, desde parejas frikis a grupos de amigos pijillos.
El precio de la cena ascendió a 59,07€, es decir, casi 30€/cabeza. ¡Un superprecio para cualquier japo, y más si es de esta calidad!
Conclusión: restaurante japonés clásico, sin innovaciones ni tonterias. La decoración cutre, tal como te esperas de un japonés de verdad. La comida fantástica y a unos precios todavía mejores, traída a la mesa por un servicio algo lento que no destaca -ni para bien ni para mal- en el trato. Conviene llamar para reservar, pues se cena por turnos (uno a las 9 y otro a las 11) y siempre suele estar lleno.
Conclusion: Classic Japanese restaurant without innovations and nonsenses. The decor is shabby, as you would expect from a real Japanese. Fantastic food at even better prices, brought to the table by a slow service that doesn’t stand out -for better or worse- in the customer treatment. You should book before going, as it is usually full.
Fazit: Klassische japanische Restaurant ohne Innovationen und Unsinne. Das Dekor ist schäbig, wie man es von einem echten japanischen erwarten würde. Fantastisches Essen zu noch besseren Preisen, gebracht auf die Tabelle von einem langsamen Service, der nicht im Kunden Behandlung aussteht. Sie sollten buchen, da es in der Regel voll ist.
¡¡¡Sed buenos y felices!!!
Categorías:Asiática, C - Comida Internacional, M - Madrid, RESTAURANTES POR ZONA Y PRECIO, resultado de un antojo culinario, SI TU PLAN ES..., T - Tetúan, Tet - 25-35€, una cena romántica
Gran sitio! Todo un clásico )) Feliz jueves
Muchas gracias, haré reserva y lo probare pues no lo conozco.
¡Pues espero que te guste! Y que me cuentes tu impresión después de ir 😉
Me encanta el Naomi. Si has estado en Japón mola porque tiene un aire muy parecido a cualquier Izakaya donde tapear y tomar cervezas a precios aceptables. Sorprende la entrada.
Por cierto, no es el primer restaurante Japonés de Madrid. El primero fue el Mikado. Lo muy cerquita del Naomi. Lo fundó un axactor Japonés que ya tenía otro en Berlin en los años 60.
¡¡A mí también me encantó!! Nunca he estado en Japón, pero Naomi es justo como me imagino la típica tasca japonesa.
¡Y muchas gracias por el dato! Veo que mis fuentes no son infalibles… ¡Te voy a nombrar experto del blog en comida japonesa! 🙂