Ya sabéis que de vez en cuando me gusta escribir algo que no tenga nada que ver con la cocina. Y esta vez toca hablar de las novatadas dejando atrás cualquier intento de ser políticamente correcta.
Estoy hasta las narices de la demonización que están haciendo los medios de comunicación de las novatadas. Año tras año no deja de indignarme el que al empezar el curso académico, las diferentes cadenas de televisión hagan minirreportajes o dediquen noticias tachando a las novatadas de actos brutales que deberían erradicarse de nuestro paisaje universitario.

Los novatos son los primeros en pasárselo bien con las novatadas. Fuente.
Estamos creando una sociedad de blandengues con nulas capacidades sociales y de reírse de si mismos, que les lloran a «papá y mamá» para que se quejen a los directores de los colegios mayores de que al pobre niño/a le hacen emborracharse o hacer el payaso. Total, que a los directores no les queda otra que exterminar una estupenda tradición que no sólo se da en España, sino en muchos otros países europeos (el caso más cercano que conozco es el de las «Verbindungen» alemanas). Y 6 directores 6 han firmado un manifiesto en contra de las novatadas. Y luego se les han ido uniendo más.
Pues bien, como antigua alumna de colegio mayor, os diré que estoy totalmente a favor de las novatadas. Las «sufrí» y las hice, y lo pasé mejor como novata que como veterana. Las bromas eran inofensivas, generalmente divertidísimas y te hacían perder la vergüenza y conocer a todo el colegio. Sin ellas, la mayoría de las veteranas y muchas otras novatas hubiesen sido para mí unas completas desconocidas. Y no soy la única que piensa así. Aquí tenéis otro blog de un alumno del Johnny y de donde he sacado la foto que os pongo ahora:

Noche de los albornoces en el Johnny, recordada con cariño por todos sus colegiales.
«¿Que chico te parece más guapo? Pues declárate y recítale una poesía», era de lo más típico. Había cosas mejores, como ir en grupo a pedir en el metro, o llevarte en pijama al Corte Inglés a hacer de probadora de colchones. Y no voy a hacerme la inocente, pues claro que había sitio para el alcohol, ¡¡y nos invitaban las veteranas!! Si con 18-19 años no te gusta eso, es que tienes un problema. Otra cosa divertidísima era la fiesta del novato, que desaparecería si no los hubiera.

Sucia, sí, pero no parece infeliz… Fuente.

Tampoco parece que estas vayan a deprimirse.
Fuente.
Es verdad que había novatadas que daban más pereza, como llevar la ropa de alguna veterana a la tintorería. Pero eran las menos. Y si las hacías sin gruñir, no se repetían. Los motes que nos ponían solían tener la misma gracia que mala leche: mucha. En mi caso, llevé estoicamente el ser llamada «Pringui Spears», porque decidieron que mi nombre era una mezcla entre «pringui» y «Britney». Pues nada, a reírse de una misma. Y «Bin Laden» se escondió tanto que ni la llegué a conocer.
También es cierto que yo fui a un colegio femenino, y que en los masculinos eran más bestias. Pero hay que apelar al sentido común y no demonizar el conjunto, sino sólo aquellas novatadas que puedan conllevar daños serios (vamos, que lo de decir a los novatos que hagan la croqueta en un parque no me parece para tanto y, sin embargo, es mucho más vejatorio el utilizar la boca de los novatos como cenicero -aunque no conozco a nadie que lo haya sufrido-). Un poco de sentido común no hace daño ni a los veteranos ni a los directores de colegios mayores. No hace falta un gran esfuerzo intelectual para saber qué novatadas deben ser castigadas.
Me hace gracia que el manifiesto afirma que las novatadas atentan contra el principio de igualdad. ¡¡Pues claro, señores!! Y es una lección que me parece fantástica. ¿De verdad alguien cree que todos somos iguales? Cuanto antes despertemos del sueño, mejor. ¿Alguno de vosotros espera que le traten en un restaurante como tratarían a Emilio Botín? No. Y sencillamente porque no somos iguales. Y tampoco me voy a quejar porque no me hayan dado el Nobel de literatura, porque sé que no escribo ni la millonésima parte de bien que Cela ni Vargas Llosa. Y, por último, no es lo mismo una chica que lleva tres años en un colegio mayor que otra que acaba de entrar. Precisamente, las novatadas sirven para que se integren y se conozcan diferentes generaciones de estudiantes.

Veteranas arengando a las novatas, porque no son iguales. ¿Y qué?. Fuente.
Otra cosa que se afirma en el manifiesto es que «existe una ley del silencio entre los colegiales sobre ellas y apenas hay denuncias porque hay miedo por parte de los que las sufren a ser excluidos y marginados». ¡¿No se plantean que a lo mejor hay pocas denuncias porque la mayoría de los novatos se lo pasan como enanos?! Porque yo, sinceramente, creo que ese es el principal motivo. Además, ¿creen que prohibiendo las novatadas se va a terminar con ellas? No. Serán más clandestinas y, seguramente más aburridas y crueles.
Y sólo una cosa más: lo que diferencia a los colegios mayores de las simples residencias universitarias es precisamente la integración y las relaciones que se establecen entre TODOS los colegiales. Y quien no quiera relacionarse con su entorno, que se meta en una cueva. He dicho.
¡¡¡Sed buenos y felices!!!
Categorías:Actualidad, MISCELÁNEA
Estudiaste en el pino??? Según iba leyendo me sonaba todo muy familiar, que ilusión! Te sigo desde hace mucho tiempo.
¡¡Sí!! ¡Yo también fuí una p. y vil novata!¡Que alegría que me siga otra antigua alumna! 🙂
Me ha encantado Ingrid!!! Totalmente de acuerdo contigo!!!!
Grande Ingrid! Esa compi de ducha 🙂
¡¡Gracias!! Aumque lo de «compi de ducha» queda muy mal… ¡¡¡jajaja!!!
Mira… lo que tu digas, pero a mi que me tenga que quedar en pelotas delante de 200 tíos que no conozco de nada, darles mi ropa (que acabó quemada en un cubo) que me echen cubos de agua con hielo y acto seguido me hagan correr por el campus a las 3 de la mañana me parece de todo menos divertido e integrador. Y por otro lado ¿tu has pensado que puede que haya pocas denuncias por que no quieres tener 5 años o mas a un colegio mayor entero humillándote?
En el artículo lo digo: yo fui a un colegio mayor de chicas, que no son tan bestias como los de chicos. También reconozco que se pasan y que algunas son crueles o pueden causar daños, pero por eso apelo al sentido común, tanto al de los universitarios para hacerlas como al de los directores de los colegios mayores para castigarlas. Lo que no se puede es meter todas las novatadas en el mismo saco y demonizarlas por igual, porque para muchos fueron divertidísimas y un gran entrenamiento vital.
Claro que puede haber pocas denuncias por miedo, pero creo que son las menos. Y es lo que digo, quien no quiera integrarse y hacer vida de colegio mayor, que se vaya a una residencia normal y corriente. Pero no se lo pasará ni la mitad de bien.
Te dejo aquí otro artículo que defiende las novatadas (en este caso en colegio mayor masculino) y que suscribo totalmente, por si te interesa: http://blog.raulhernandezgonzalez.com/2007/10/si-a-las-novatadas/
Las novatadas bien hechas son la mejor forma de conocer gente y adaptarse a la nueva ciudad donde se va estudiar! Estoy contigo Ingrid!
Y dónde se pone el límite? Hay gente que lo pasa muy mal. Quien quiera que lo haga,pero me parece un excusa para joder a los demás riéndose de ellos.
Y si,todos somos iguales: en cuanto al respeto que nos tenemos que profesar unos a otros.
El límite lo pone el sentido común. Y creo que lo he dicho suficientes veces, pero también hay unas residencias universitarias maravillosas donde todo el mundo pasa de los demás. Las novatadas son parte de la vida colegial, y si no quieres formar parte de esa vida, vete a una residencia. Como decimos en casa: «o sopa, o teta».
La gente va a estudiar,no tienes derecho a decir qué se debe hacer porque a tí te divierta. Lo dicho: quien quiera que lo haga y quien no,que se respete.
Yo fui novata y fueron unas semanas increíbles que no voy a olvidar nunca ! Las veteranas estaban todo el rato diciendo que socializáramos, conocí a un montón de gente y perdí la vergüenza de hablar y presentarme en publico. Además me lleve a las mejores amigas del mundo, las novatadas unen muchísimo, y también a un novio con el que llevó años que también las hizo. En el cmu de chicas conocer a los del cmu de chicos, y al final terminas conociendo a medio metropolitano.
Sin duda a favor. Mucha gente no las hace porque dice que son una tontería, que no le gusta que le griten etc etc…. Tonterías las veteranas solo hacen un papel durante mes y medio, para que aprendan a moverte y pierdas la vergüenza.
Cierto que hay quién se pasa, pero el limite es el sentido común y son casos aislados los que he oído que se han pasado tres pueblos, de gente que se le va (chicos generalmente).
Yo me lo pase genial, porque sin novatadas una no tendría excusa para entrar en un macdonals con un secador y pedir patata jajajaj ni tampoco muchas mas cosas divertidas como tártaros.
Novatadas si, pero con responsabilidad.
Totalmente de acuerdo, Novata2011!! Aunque eso de «2011» me hace sentir súper mayor… Yo fui novata 10 años antes que tú :-S
Todavía existen personajillos que ver normal humillar y vejar al prójimo.
Lo que no termino de entender es lo del principio de igualdad … ¿por qué no te parecen iguales?
Hola Pepe,
A lo mejor lo he simplificado demasiado en el artículo. Lo que pretendo decir es que tenemos que aceptar que en la vida hay jerarquías. Por ejemplo, no es lo mismo un padre que un hijo, ni un abogado recién salido de la universidad que el socio de un despacho, ni un junior de una Big Four que un director, ni un vendedor que el gerente de una tienda. Evidentemente, como personas pueden tener los mismos derechos, pero no son iguales en la escala jerárquica.
Las veteranas de los colegios mayores llevan un mínimo de tres años en ellos, tienen «veteranía»: un conocimiento del funcionamiento del colegio mayor y de vivir fuera que no tenían de novatas. Y parte de esos conocimientos y de la diversión de vivir en Madrid se transmiten mediante las novatadas. Y de aquí me sale otro argumento a favor de las mismas: te enseñan a aceptar las jerarquías fuera de la familia antes que a la mayoría de la gente.
Eso es cierto, aunque la verdad es que siguen siendo alumnas (unas y otras). Siempre me ha llamado la atención el trado de Usted hacia las veteranas (no sé si al revés), el no mirar a los ojos … ¿qué opinas de ésto?
Las veteranas también hablan de usted a las novatas, por lo menos en mi colegio mayor. Se supone que es por respeto y desconocimiento mutuo. El trato de usted se está perdiendo en España, pero en ningún caso lo veo vejatorio.
Lo de no mirar a los ojos es una norma que tienen las veteranas como otra cualquiera para crear algo de inseguridad en las novatas. Desde luego, en otra situación que no fueran novatadas, me molestaría. Pero es parte de la tradición y no hace daño a nadie, así que aceptada por mi parte. Además, esta norma te la hacían cumplir los primeros minutos (salvo las veteranas más estrictas), y luego se les olvidaba.
Lo dicho (no en está conversación, sino en el artículo): tenemos que ser menos blanditos y aprender a aguantar un poco y darle importancia a las cosas que la tienen. No me importa hablar de usted y no mirar a los ojos, pero sí me parece un horror que te hagan beber vinagre (cosa que no he visto nunca, que conste). Hay que poner el límite en el sentido común.
Aún así quería comentar también que una cosa es obedecer a alguien en un juego y otra que te tomen como «criado» particular …
Ya, eso tiene menos gracia… Pero de todas formas, tampoco me parece para tanto, la verdad. Es sólo durante el periodo de novatadas y, dependiendo de como y cuánto te lo pidan, puede tener un pase. Lo dicho, creo que estamos generando una sociedad de blandengues incapaces de tolerar la más mínima «agresión», y eso tampoco creo que sea bueno. Rezo porque mis hijos puedan ser «criados» de veteranos como lo fui yo.
Mira, después de haber llegado a este artículo y haberlo leído, aun bastante después de su fecha original de publicación, te digo que me parece una frivolidad completa y absoluta. Me parece estupendo (y con la mano en el corazón te lo digo) que tú hayas tenido la suerte de ir a un colegio mayor donde, según cuentas, había sentido común, límites y falta de chicos que forzasen la magnitud de las novatadas: la combinación perfecta, muchacha.
Ahora, te voy a dar yo la visión opuesta (y sin haber ido a un colegio mayor, atención).
Yo he sido víctima de lo que hoy en día se conoce como bullying. Hace ya bastantes años, no había móviles con cámara e internet no había llegado a todas las casas, pero no creas que eso dejaba de aguzar el ingenio de los que estaban decididos a fastidiar. A mí me han cortado abrigos nuevos con tijeras, robado, zarandeado, pegado, pateado, cortado y arrancado pelo, arañado con uñas y con palos, me han traído hasta una furgoneta llena de gitanos de otro barrio después de haberme defendido (y de manera verbal, que si llega a ser física, no sé, me sacan un AK-47 o algo por el estilo). Llegó hasta tal punto la situación que un conserje, por pena, me hacía esperar hasta que hubiese echado llave a todo para llevarme a mi casa, que estaba a quince minutos mal contados andando, en su coche, con tal de que no hiciera el camino sola. Eso sin contar los insultos, el aislamiento, la presión a mi grupo de amistades para que me dejaran sola, la vigilancia, la crítica constante y el acoso físico a todas horas e incluso fuera del horario escolar si se me ocurría poner un pie en el barrio para visitar a alguna amiga. A la única persona que me defendió en una ocasión, le abrieron la cabeza con un cascote de obra que cogieron de la misma acera, ya que la estaban reparando. Todo esto duró desde los once hasta los catorce años.
Ahora, soy profesora y lo veo todo desde el lado opuesto. No tengo un blog, ni conocimientos particulares de cocina, pero sí te puedo decir que esta manera de escribir sobre un tema tan delicado y polémico es peligrosa. A lo mejor te parecerá que no, pero yo, que he vivido en mis carnes lo que los diferentes conceptos de «sentido común» y «común» como adjetivo pueden hacer, te digo que, al venir de un sitio donde las novatadas se reducían al significado lógico de la palabra, es muy fácil minimizar y cuestionar todo lo que no has vivido o no conoces aunque sea a través de alguien cercano.
Es MUY DURO que te humillen.
Es MUY DURO ver que hay personas a tu alrededor que no se atreven, no quieren o incluso les da igual reaccionar para defenderte o para que te dejen en paz.
Es MUY DURO que esa situación sea considerada normal, risible e incluso irrisoria, y que se prolongue en el tiempo.
Es MUY DURO ver que se condenan y se castigan diferencias en ámbitos que no son culpa de nadie (ser más o menos agraciado, tu entorno socioeconómico, aspecto, minusvalías físicas o mentales, etcétera) de forma física o con motes que marcan a la persona que los sufre. Que, oye, si a ti te gustaba el tuyo, ole tú y aquella que decidió ponértelo, pero a mí hoy en día el mío todavía me hace estremecer si por accidente lo recuerdo.
Es MUY DURO saber, como saben las personas que sufren las novatadas, que nadie te puede ayudar porque impera la ley del silencio tanto entre residentes y administración de colegios mayores como entre rectores de diferentes universidades. La diferencia entre todo este asunto y el caso que te he expuesto es que no hay menores de edad en los colegios mayores, y las cosas que se llevan a cabo se hacen, por lo general, con una serie de medidas que tienen como objetivo impedir la identificación de aquellos que las perpetran: llevar máscaras, disfraces, obligar a los novatos a vendarse los ojos, etc. Mírate los archivos de los periódicos y verás a alumnos que han muerto a causa de una novatada que se ha ido de las manos; verás a alumnos ingresados en hospitales, algunos en UCI; verás a alumnos que han tenido que seguir terapia psicológica o incluso tratamiento psiquiátrico.
Estamos creando una sociedad de blandengues, en eso no te quito la razón porque trabajo con niños y el salto generacional es un abismo en todos los sentidos. Sin embargo, la forma de evitarlo no es a base de dejar que les maltraten, les humillen, les sometan y que acaben aceptándolo porque es el concepto de «jerarquía». Yo he tenido alumnos que me han doblado en edad, de una clase social y un nivel socioeconómico mucho más elevados que los míos, y aun así no he permitido que me falten al respeto o me traten con soberbia sólo porque es lo que están acostumbrados a hacer en el puesto de la jerarquía que normalmente ocupan, sea donde sea. Si a ti tu jefe te obligase en la primera semana a quedarte en bragas y sujetador delante de toda la plantilla para que el que más grite decida en qué planta del edificio va a estar tu despacho o tu cubículo, tampoco creo que te agradase. Es más, probablemente no sólo lo tacharías de violencia y de trato vejatorio, sino también de discriminación por género, ¿me equivoco? Pues esto es lo que generaciones están aprendiendo como concepto de «jerarquía» no sólo en España, sino también en muchos otros países donde han entrado hasta en el Código Penal.
En resumen, yo no voy a decirte qué tienes que opinar ni de qué manera hacerlo, faltaría más. Sin embargo, llámalo deformación profesional, he preferido explicarte un poco cómo funcionan las cosas en sitios donde la vida no es tan fácil como parece que la pintas en esta publicación. Ni se debería afirmar tan a la ligera.
Ah, y el barrio donde estudié no es ni siquiera marginal, aunque por lo que he dicho aquí lo pueda parecer. Esta era la realidad en muchos barrios obreros de Sevilla en la época en la que yo estaba en secundaria, igual que las novatadas son una realidad que cada vez va a más en las universidades y colegios mayores. 🙂
Hola,
En primer lugar, me gustaría decirte que siento mucho que en tu adolescencia sufrieras ACOSO ESCOLAR (odio los anglicismos), debió ser duro y muy difícil de superar. Y ESTOY COMPLETAMENTE EN CONTRA, creyendo que a los acosadores se les deben aplicar castigos bien severos (como la expulsión inmediata y permanente del colegio).
Pero dicho lo anterior, desde el respeto y reconociendo que yo tuve la suerte de vivir una infancia y adolescencia completamente felices, te tengo que decir que creo que comparar el acoso escolar con las novatadas es como comparar a Dios con un atún de al maduraba. ¡No tienen nada que ver! Para empezar, como tú misma reconoces, la diferencia fundamental es la edad. Siendo adolescente, cualquier cosa te parece un mundo, así que el acoso alcanza una magnitud psicológica que en general, ni llegan a intuir los novatos de los colegios mayores. La ley del silencio de la que hablas me temo que se da más en el acoso escolar, ya que supongo (como he dicho, tuve la suerte de no sufrirlo) que los sentimientos de vergüenza y miedo son mucho mayores. Y encima los acosados tienen una edad en la que el acoso les dejará huellas toda la vida. Siendo universitarios, la mayoría sabe distinguir una broma algo pesada de una barrabasada, lo que te permite delatar sin complejos al que se pasa de la raya (yo misma tuve un conocido al que expulsaron del colegio mayor por pasarse con los novatos). Además, siendo universitaria sabes mejor cómo lidiar con las bromas pesadas, motes, etc. ¿Te crees que a mí me gustó mi mote desde el principio? Pues mira, no. Pero decidí que solo era eso, un mote, y que no me iba a amargar la experiencia de ser novata, así que lo hice mío y bailaba al ritmo de Britney Spears en cuanto alguien lo nombraba. Ahí está también otro elemento clave: la inteligencia social/emocional. Probablemente, si yo hubiera gruñido o llorado a causa de mi mote, las veteranas no me hubieran hecho nada más que llamarme por él mucho más frecuentemente. Y encima les hubiera caído peor que tomándomelo a broma (que es lo que era, al fin y al cabo). Siendo universitario se tiene una inteligencia social de la que es mucho más fácil carecer en etapa escolar.
¿Qué hay novatadas que se pasan mil pueblos? Claro, y hay que perseguirlas. Pero no podemos demonizar una tradición que ha servido para integrar a generaciones y generaciones de universitarios en los colegios mayores. Sinceramente, creo que mi experiencia es mayoritaria entre alumnos de colegios mayores (mira la cantidad de comentarios a favor de compañeras de colegio), y que a todos estos alumnos nos hubiese faltado algo si hubiésemos llegado a un colegio mayor sin novatadas. Tengo un primo que está deseando con todas sus fuerzas ser novato el año que viene. Esa es la actitud. Y si no la tienes, vete a una residencia corriente y moliente, que para eso están. Pero no puedes querer la experiencia de un colegio mayor sin novatadas. Como siempre digo: o sopa o teta.
Por último, decir que generalmente la gente que suele estar en contra de las novatadas o no las ha vivido o han tenido una mala experiencia (en muchos casos por la falta de inteligencia emocional que decía antes y, en los menos, por novatadas faltas de gracia y sentido común). Y a la gente que estamos a favor se nos duele oír menos, porque generalmente en esta sociedad se da más voz al que se queja que al que está feliz con la vida. Y así se crean las sociedades de blandengues como la nuestra.
Me eriza tanta frialdad. No se trata de inteligencia emocional, se trata, como bien dices tú, de sentido común. Si crees que tener inteligencia emocional es soportar la humillación, el insulto y el maltrato, estás completamente equivocada. Creo que tienes los conceptos un poco confundidos…
En cualquier caso, todo aquello que se denuncia a través de los medios de comunicación, no son esas fiestas en las que todos están felices, como esas fotos que enseñas (aunque allá tú si realmente crees que tener un cubo de basura en la cabeza es satisfactorio para el novato), es más bien todo eso a lo que tú aludes con tu maravillosa inteligencia emocional. Te invito a que tires de hemeroteca y veas los vídeos de esas personas que ¡Oh pobrecillos, son unos blandengues!
Me indigna muchísimo. Yo al igual que tú, he tenido una infancia y adolescencia de las que no me puedo quejar. Pero estoy en contra de las novatadas, sencillamente porque me he informado sobre ellas. No me baso en una única experiencia, Y en cuanto a lo que dices sobre la igualdad, me parece triste, muy triste. Me da pena que seas así de conformista. Se supone (eso deduzco, al igual me equivoco), que eres joven, se supone que tienes que cambiar las cosas y tienes una idea totalmente arcaica de lo que supone el poder. ¿Qué despertemos de esa idea de que no somos iguales? Seguramente no lo seamos, y esa es otra historia. Pero, ¿No quieres luchar por serlo? ¿No quieres cambiar las cosas? ¿Quieres que tu hijo sea un criado del veterano?¿De verdad, me lo dices? ¿Para enseñarle, qué? Repito: triste, muy triste.
arinday90 de los comentarios más acertados que he leído con respecto a este tema aunque es cierto que una cosa es el Acoso Escolar y otra las novatadas. Aun así, dices muchísimas cosas acertadas con respecto a este tema. GRACIAS.
Me eriza tanta frialdad. No se trata de inteligencia emocional, se trata, como bien dices tú, de sentido común. Si crees que tener inteligencia emocional es soportar la humillación, el insulto y el maltrato, estás completamente equivocada. Creo que tienes los conceptos un poco confundidos…
En cualquier caso, todo aquello que se denuncia a través de los medios de comunicación, no son esas fiestas en las que todos están felices, como esas fotos que enseñas (aunque allá tú si realmente crees que tener un cubo de basura en la cabeza es satisfactorio para el novato), es más bien todo eso a lo que tú aludes con tu maravillosa inteligencia emocional. Te invito a que tires de hemeroteca y veas los vídeos de esas personas que ¡Oh pobrecillos, son unos blandengues!
Me indigna muchísimo. Yo al igual que tú, he tenido una infancia y adolescencia de las que no me puedo quejar. Pero estoy en contra de las novatadas, sencillamente porque me he informado sobre ellas. No me baso en una única experiencia, Y en cuanto a lo que dices sobre la igualdad, me parece triste, muy triste. Me da pena que seas así de conformista. Se supone (eso deduzco, al igual me equivoco), que eres joven, se supone que tienes que cambiar las cosas y tienes una idea totalmente arcaica de lo que supone el poder. ¿Qué despertemos de esa idea de que no somos iguales? Seguramente no lo seamos, y esa es otra historia. Pero, ¿No quieres luchar por serlo? ¿No quieres cambiar las cosas? ¿Quieres que tu hijo sea un criado del veterano?¿De verdad, me lo dices? ¿Para enseñarle, qué? Repito: triste, muy triste.
arinday90 de los comentarios más acertados que he leído con respecto a este tema aunque es cierto que una cosa es el Acoso Escolar y otra las novatadas. Aun así, dices muchísimas cosas acertadas con respecto a este tema. GRACIAS. 🙂
Una cosa es leer e informarse sobre las novatadas y otra tener la suerte de disfrutarlas. Y sí, llámame arcaica y lo que quieras, pero deseo que mis hijos puedan tener esa experiencia. La prueba de que no son tan malas es la cantidad de comentarios a favor de personas que las han vivido. Los comentarios en contra suelen ser de personas que solamente han leído sobre el tema.
Y llámame conformista si quieres, que yo prefiero tenerme por realista. Y la verdad es que hoy en día sobre el papel todos tenemos los mismos derechos. Pero tener los mismos derechos no significa ser iguales. Y a eso no llegaremos nunca. Cuanto antes se asuma, más fácil será vivir estando a gusto con el mundo.
Espero que tus hijos tengan la suerte de disfrutar de las novatadas. La gente como tu son las mas peligrosas porque desde el sentido comun tienden a dejas que las cosas pasen,»porque como son una tradicion».
Si un dia viene tu hija llorando, las bragas en la cabeza y te la trae la policia a casa por que la han encontrado tirade en algun parque con la palabra novata pintada en la cara, la llames blangenge y la mandes de vuelta con sus nuevas amigas. Espero que no tenga alguna tara, o alguna malformacion, o no sea timida, no no beba alcohol. Lo que os reiriais con su Nuevo mote.
¿Qué parte de la expresión «sentido común» no entiendes? Porque para mí lo que describes está muy lejos de eso, y es algo que no le desearía a nadie. Y por supuesto que mis futuros hijos les deseo que lleguen a tener unas novatadas como las que yo pasé.
¡Hola, Ingrid!
Gracias por compartir con nosotros tu experiencia. Intuyo que el tema de las novatadas va a dar qué hablar bastante en los próximos meses en España con el estreno de la película «Novatos,» de Pablo Aragüés.
Yo no fui a un colegio mayor porque en el que tenía plaza quedaba muy lejos de la universidad y unos amigos tenían un piso. Sin embargo, sí viví de cerca el ambiente gracias a mis compañeros de clase.
Tienes razón en que en la mayoría de los casos las novatadas no adquieren una dimensión desproporcionada ni nada parecido, por eso entiendo lo que escribes desde tu experiencia personal y sé que no eres una «señora del mal» por escribir esta entrada. A mí me gustaba mucho «infiltrarme» en las fiestas de disfraces de la residencia (léase «colegio mayor», pues funcionaba igual), ¡y hubiese ido de probador de colchones con vosotras, por ejemplo!
Sin embargo, a mí me gustaría llevar la reflexión un poco más allá. Veo que el problema de las novatadas es que a veces se entra en una «tierra de nadie» en la que, sin llegar al punto de cometer los minoritarios delitos, se relega el respeto a un evidente segundo plano. Me refiero a los típicos «haz 20 flexiones», «vete a comprarme una pizza para la cena» o «recoge las bandejas de todos», sobre todo cuando se dirigen a una sola persona. Como tú misma has descrito, estas cosas son más frecuentes y llegan un poco más lejos entre los chicos.
No veo la necesidad de hacer esto último, ni considero que la «inteligencia emocional» consista en saber encajarlo (al contrario, puede consistir saber decir «no» sin perder la calma, como hay gente que también hace). Efectivamente, Ingrid, no todos somos iguales y hay gente a la que le cuesta más trabajo las relaciones sociales. A veces se debe a que «tienen un problema» y otras a que simplemente son diferentes. Por ejemplo, hay personas con autismo de alto rendimiento en la universidad, o quizás a la novata que te pone una mala cara se le murió su abuela una semana antes y no le has dado pie a contártelo aún.
Lo que está claro es ser «diferentes» no los convierte en malas personas y seguramente tienen tanto que aportarnos como el más fiestero. Al igual que en las residencias universitarias, también se viven buenas experiencias en ambientes en los que se integra a «personas diferentes» y eso no está reñido con la diversión. Puede que me digas que la universidad no es una ONG, pero al menos yo aspiro a que las ONG sean cada vez menos necesarias. Seguro que tú también tienes ese punto «inconformista» que quiere poner su granito de arena para cambiar el mundo.
Espero que el movimiento asociativo antinovatadas sepa transmitir que la diversión no está reñida con el respeto. Las fiestas y los juegos de bienvenida/iniciación pueden y deben conservarse, pero sin que nos impidan ser críticos con lo que no nos gusta.
Un saludo.
Hola Pablo,
Muchas gracias por tu participación. Sinceramente, me parece el comentario más ecuánime que hemos tenido hasta ahora y lo comparto totalmente.
Un saludo
¡Gracias a ti también! Me alegra que encuentres interesante el comentario y que haya más gente que no reduzca todo esto a «novatadas sí o no».
Pues a mí que hagan novatadas no me parece ni bien ni mal, pero OBLIGAR a participar, me parece sinceramente de cárcel. Y lo digo literal, dos o tres meses en prisión sin fianza y se les quitaba la gilipollez a muchos de esos «inteligentes emocionales».
Si cuando yo organizo una fiesta no puedo obligar a participar en ella a quien yo decido que lo tiene que pasar bien, ese «sentido común» (qué concepto más grande, y cómo se ha denigrado su significado en este blog) debería imperar en todos los sitios. Y bajo medidas punitivas.
¿Más diversión y más socialización?. ¿Por beber más alcohol?. Yo en la Universidad no bebía alcohol y anda que no había gente mucho más sosa que yo que en las fiestas no hacían nada más que beber y potar. Y además, que manía con imponer la diversión y la socialización por encima de la libertad individual.
En fin, qué asco de blog
Al final, y aunque no lo creas, podemos estar más o menos de acuerdo. Tu hablas de organizar una fiesta y obligar a participar. Pues si quien va a la fiesta y está todo el rato con cara de asco se queda solo, allá él. Podía haberse ido al cine, ¿no? Pues eso pasa con los colegios mayores, quien no quiera las novatadas tiene mil alternativas, así que ¿por qué ir a fastidiar la fiesta a quienes sí les gustan las novatadas? Como puedes ver en los comentarios, no soy la única.