Hay restaurantes en los que el arte se come. Eso es lo que comprobé en Casa Tabordo. Y es lo que os voy a enseñar. Me lo vais a agradecer, porque esta es la típica joya gastronómica que sólo conoces si vives en Toledo o -como fue mi caso- tienes amigos que lo hagan.
Hacía ya un año y medio que no veía a mi amiga Anita, y pensamos que de este verano no podía pasar. Aprovechando que Edu y yo íbamos a subir a Madrid desde Córdoba, decidimos parar en Toledo para ver a mi amiga del arma.
Lo cierto es que yo pensaba que nos fuésemos a comer a Colección Catedral, que me encantó en su día. Pero cuando sus padres -que son no sólo encantadores, sino unos gourmets en toda regla y a los que desde aquí mando un beso muy fuerte- nos recomendaron Casa Tabordo, no lo dudamos ni un segundo. ¡¡Y menos cuando nos dijeron que estaba al lado del río!! No se nos podía ocurrir nada más agradable. Eso sí, no caímos en que en pleno agosto, una terraza en Toledo no es el sitio más agradable, por lo que terminamos comiendo dentro y disfrutando del aire acondicionado. ¡No se puede tener tó!
De todas formas, os dejo aquí unas fotos que he encontrado de la terraza por la noche, que debe ser pá cantarle de puro bonita.
Dentro, la decoración me pareció estupenda, sobria y acogedora. Ni un pero que ponerle. Aquí os dejo las fotos que hice, incluida la terraza:
Llegamos y nos dejamos mimar por Ángel (dueño y maître), que nos atendió estupendamente.
El primer detalle que me gustó fue que te reciben con un pequeño cuenquito con aceitunas, que me parece el mejor aperitivo que España puede ofrecer. ¡¡Ole por el producto nacional!!
Pero aquí no se quedó el aperitivo, sino que mientras decidíamos qué pedir, nos sirvieron otro consistente en una espuma de patata, ligera y suave, que estaba de escándalo.
Estuvimos empollándonos la carta un buen rato, porque -como me pasa bastante a menudo- nos apetecía todo, incluído un fantástico menú que tenía un pintón.
Al final, y también como casi siempre, optamos por pedir un par de entrantes para compartir y un segundo para cada uno.
Me gustó mucho el detalle que tuvo Ángel de recomendarnos el chipirón salteado y chutney de ajo en lugar de las puntillitas de calamar del sur que íbamos a pedir, pues no sé como estarían las puntillitas -peores, según Ángel-pero con el chipirón casi se me saltan las lágrimas. Este plato fue, para mi gusto, de lo mejor de la comida. Además, un detalle muy cómodo fue que dividieron la ración y nos lo sirvieron a cada uno en su plato.

Chipirón con chutney de ajo y espuma de limón. Simplemente perfecto.
Squid with garlic chutney and lemon foam. Just perfect.
Tintenfisch mit Knoblauch Chutney und Zitrone Schaum. Einfach perfekt.
Después nos sirvieron las bolitas de queso de cabra y foie, compota de manzana y Pedro Ximénez (nunca me cansaré de esta lucha, señores: ¡se pronuncia «Jiménez»!, que en español clásico la «x» se pronunciaba como «j»), que nos habían recomendado Mila y Ramón, los padres de Anita. No se equivocaron, pues eran una auténtica delicia. Tened en cuenta que dividieron el plato en tres, y por eso veréis 2 bolitas, pero en realidad una ración lleva 6 bolitas.

Bolitas de queso de cabra y foie, compota de manzana y Pedro Ximénez. Deliciosas.
Balls of goat cheese and foie, applesauce and Pedro Ximenez. Delicious.
Pellets von Ziegenkäse und foie, Apfelmus und Pedro Ximénez. Köstliche.
Anita y Edu coincidieron en el segundo plato, pues los dos optaron por un solomillo de ternera, con espuma de patata, hongos asados y aceite de trufa. Juzgad vosotros mismos: ¿es o no es una obra de arte? ¡Y además se comía! Como me dejaron probarla, puedo dar fe de la maravilla de plato que se pidieron. La carne era fantástica y bien -o sea, poco- hecha. Se lo recomiendo a cualquier carnívoro.

Solomillo de ternera, con espuma de patata, hongos asados y aceite de trufa. Una obra de arte deliciosa.
Sirloin steak with potato foam, grilled mushrooms and truffle oil. A delicious masterpiece.
Rumpsteak mit Kartoffel-Schaum, gegrillten Pilzen und Trüffelöl. Ein köstliches Meisterwerk.
A mí me apetecía más un buen pescado, así que me decidí por el taco de atún rojo asado por fuera, cebolla, reducción de soja y aire de limón. Aunque estaba muy bueno -yo lo hubiese hecho todavía menos- , creo que Anita y Edu acertaron más con sus solomillos.

Taco de atún rojo asado por fuera, cebolla, reducción de soja y aire de limón.
Bluefin tuna grilled on the outside, onion, soy reduction and lemon air.
Roten Roten gegrillt auf der Außenseite, Zwiebeln, Soja-Reduktion und Zitrone Luft.
Y como en los postres no podíamos decidirnos tampoco, Anita y yo decidimos compartir los nuestros y Edu optó por un sorbete de almendra que, según él (a mí las únicas almendras que me gustan son las tostadas y no lo probé) estaba estupendo.
Nuestra macedonia con sorbete de limón estaba buenísima, fresca, con frutas de temporada y en su punto y el sorbete de limón le iba como anillo al dedo.
Y la tarta de galleta fue una sorpresa. Espérabamos la típica tarta de cumpleaños de cuando éramos niñas -con mejor presentación, eso sí-, como la que encontramos Isabel y yo en Pipa & Co. Pero esta estaba mucho más trabajada, y con un sabor totalmente distinto. Muy buena, pero si la pedís os pongo aquí la foto para que no os llevéis una sorpresa.
Toda esta comilona la regamos con copas de vino blanco, agua con y sin gas y alguna cerveza. Además, Ángel nos invitó a una copita de moscatel (Edu prefirío Pedro Ximénez) antes de irnos.
El servicio estupendo, desde el dueño hasta los camareros. Atentos, educados, agradables, detallistas, conocedores de su comida y buenos consejeros.
Como veis, la comida no pudo salir mejor, ni por el restaurante ni por la compañía. Pero…¿cuál fue su precio? Pues 130,70€, es decir, algo más de 43€/barba, lo que hace de este un restaurante para ocasiones especiales pero asequible. Me parece un precio muy justo para lo bien que comimos y lo fantásticamente que fuimos atendidos.
La única pega es que es un sitio relativamente difícil de encontrar para los que somos de fuera. Eso sí, ahora que todo el mundo tiene smartphone, se hace de lo más fácil si en Google maps buscáis directamente «Casa Tabordo» y dejáis que os lleve. Yo pienso volver a hacerlo.
Mi conclusión: una joya gastronómica sorprendente fuera del casco histórico de Toledo. La terraza merece especial mención pues es una maravilla, al lado del río y muy bien puesta. El interior está decorado sobria y acogedoramente. Un servicio inmejorable en todos los sentidos te sirve una comida que no sólo es fantástica, sino también una belleza. Por sus precios (40-45€ por persona) es un sitio para ocasiones especiales, si bien tampoco es una locura que os déis un capricho porque sí.
My conclusion: a gastronomic gem striking out the historic center of Toledo. The terrace deserves special mention as it’s a wonder by the river. The interior is sober and cozily decorated. An excellent service in every way serves you a meal that is not only fantastic, but also a beauty. For its prices (40-45 € per person) is a place for special occasions, but it’s not crazy if you go there only because you want to.
Mein Fazit: ein gastronomisches Juwel aus dem historischen Zentrum von Toledo. Die Terrasse verdient besondere Erwähnung, da es ein Wunder neben den Fluss ist. Das Interieur ist schlicht und gemütlich eingerichtet. Ein exzellenter Service in jeder Hinsicht dient Ihnen eine Mahlzeit, die nicht nur fantastisch, sondern auch eine Schönheit ist. Für seine Preise (40-45 € pro Person) es ist ein Ort für besondere Anlässe, aber es ist nicht verrückt dort zu essen, wenn Sie es einfach wollen.
¡¡¡Sed buenos y felices!!!
Categorías:Castilla-La Mancha, RESTAURANTES POR ZONA Y PRECIO, Resto de España
Estoy de acuerdo en todo como no podía ser menos, lo conozco de cerca.
Yo sólo lo conozco de una vez, pero me encantó y pienso volver. Una maravilla.