No es sólo el nombre del restaurante, sino también lo que dije yo cuando vimos la cuenta.
La verdad es que terminamos aquí de casualidad, porque para aprovechar el día que hacía nos fuimos de paseo en busca de restaurantes y sin rumbo fijo. Ninguno nos convencía hasta que no sé cómo aparecimos en Chueca y me acordé del artículo que había leído hace tiempo sobre «Válgame Dios» y que, si bien era una tontería, despertó mi curiosidad. Y allá que fuimos.
Se trata de un restaurante/terraza/coctelería/cafetería/… en el que te puedes tomar desde un desayuno por la mañana a un cóctel por la noche, pasando -como fue nuestro caso- por la comida, que puedes pedir a cualquier hora. La decoración es acogedora y original (pero sin pasarse), con un toque de ese bochic (bohemian chic) que se ha puesto tan de moda últimamente. En las paredes muchas fotos de famoseo con las dueñas del local. Y, hablando de las dueñas, había una por allí que tenía la pinta típica de señora mayor algo cascarrabias acostumbrada a mandar. Y mandaba tanto y tan alto que los camareros me dieron penita.
Los fines de semana por la noche es imposible ir sin reservar (ya lo intentamos una vez) y está llenísimo y muy ambientado. Pero esta vez fuimos sábado al mediodía y estaba tranquilo, con ambiente pijín relajado y a nuestro lado un grupo de cuatro chicas hablando de l@s amantes de sus padres… Generalmente es que ni me entero de la gente que hay a mi alrededor, pero estas hablaban alto y de un tema divertido en sitio tranquilo, por lo que no pude evitar poner atención.
Y ahora vamos a lo interesante, la comida. Esta vez os he hecho fotos de la carta, que me encantó por corta (me da mucha tranquilidad, porque creo que cuando la carta es corta es porque los ingredientes son buenos y frescos) y apetecible. ¡Y por fin unas fotos de carta me han salido algo legibles!
Como véis, los precios algo caros. ¡Y más te lo parecen cuando ves las escasísimas raciones!
En el primer plato, coincidimos. Pedimos la cuchara del día (me encantan los restaurantes que tienen platos del día. ¡Minipunto para el equipo de «Válgame Dios»!). Era crema de calabacín, que estaba estupenda y cuya ración era, siendo la excepción que confirmó la regla, generosísima.
Mirad que profundo era el plato:
Como primero nos sirvieron la crema y luego el pan, pongo las fotos en el mismo orden. Me encantó la forma de servir el pan, como si fuera un juego de aros de feria. Muy original. Pero te lo cobran (1€) y, como sabéis, eso no me gusta un pelo.
De segundo los dos optamos por el atún. Pero yo me pedí el tartar, que es el plato estrella de la casa y Edu se pidió unos daditos a la plancha con sésamo.
Mi tartar era más que digno, pero escasísimo. Servido con una cucharadita de guacamole, un poco de wasabi y soja. Parecía un sushi sin arroz. La matería prima estaba muy bien, pero el problema es que cuando has probado el atún de «El Campero» (en Barbate, Cádiz) no te vuelves a emocionar con ningún otro. Y 20€ por un mini-tartar me parece una pasada. Me dieron ganas de decir: «Sí, ya lo he probado, ahora traígame el plato entero, por favor».
Los dados de atún de Edu se dejaban comer, pero para mi gusto demasiado hechos (si el atún es bueno, cuanto más crudo, mejor). El sésamo les daba un toque crujiente muy bueno.
De postre nos pedimos un fundante de chocolate para compartir. Estaba bueno, pero como todos sabéis es un postre que hoy en día puede encontrarse bueno en cualquier sitio. El helado de vainilla que lo acompañaba era francamente bueno.
Como no íbamos con ganas de vino bueno optamos por regar la comida con agua con gas y un lambrusco cuyo nombre -«Gatopardo»- y presentación me hicieron mucha gracia:
L@s camarer@s agradables (salvo uno muy revolusionao) y muy guapos (especialmente una chica negra con el pelo a lo afro que parecía sacada directamente de una pasarela. Chicos, no os la perdáis)
Al final todo esto nos costó 77€, es decir, casi 40€/barba, que me parece caro para lo que fue.
Conclusión: sitio de moda, de ambiente agradable y animado, bien decorado y con comida que si bien es buena, tampoco es nada del otro mundo en cuanto a calidad y sí en cuanto a precios. Yo hubiese preferido pagar 10€ más por cabeza y comer en un sitio bueno de verdad, pero tampoco salí disgustada, la verdad.
En cualquier caso, por tener un horario de cocina continuado y por su decoración es un sitio que siempre puede estar en lista de posibles, porque sirve tanto para ir a comer o tomar café con amigos como tomarse un copazo con el novio o maromo. Eso sí, aquí no hay que venir por la cocina, sino por conocer uno de esos sitios de los que todo el mundo habla. Por eso creo que es mejor tomarse una copa o un cóctel en vez de comer.
Tarde o temprano terminaréis viniendo. Así que os dejo los datos:
C/Augusto Figueroa 43
Teléfono: 917 01 03 41
¡¡¡Sed buenos y felices!!!
Categorías:C - Centro, Cen - 35-50€, ir a un sitio de moda, M - Madrid, pagar de más, RESTAURANTES POR ZONA Y PRECIO, SI TU PLAN ES..., un plan de chicas
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